Lic. René Barrera Ojeda, Consultor de Comercio Internacional
ex-docente académico, autor de diversas obras escritas de Comercio Internacional
y Aduanas; artículos publicados en la revista JURISTA de Xalapa Veracruz,
México; GUÍA LEGAL de Panamá; Fundador del PORTAL JURÍDICO ADUANERO (http://clacibol-derecho.blogspot.com/)
de Bolivia Estado Plurinacional.
EXORDIO
El mundo se
halla convulsionado íntegramente por acontecimientos fácticos de carácter político,
económico, religioso, emergencia sanitaria, ausencia de valores y principios
morales y éticos, los seres humanos desde hace tiempo afrontan numerosos
cambios en su forma de vida, mucho más con la paralización del planeta por la ya
bien conocida pandemia COVID 19.
La
globalización como tal no tendría significación alguna sin la contextualización
en un marco general a partir de sucesos históricos de relevancia, a las futuras
generaciones debemos proporcionarles los medios necesarios para una mejor proyección
de vida y, por eso, es preciso proteger los recursos naturales, así como el eficiente
aprovechamiento y administración de los recursos minerales, recursos
hidrocarburíferos, recursos hídricos, la preservación del medio ambiente, la
vida animal y vegetal. Por otro, una legislación que brinde y garantice el
acceso a la vivienda, la soberanía alimentaria, la estabilidad laboral, la
educación y el respeto absoluto de los derechos humanos universalmente
reconocidos, para el “vivir bien”. Sin duda, el modelo neoliberal de la
globalización agudizó la desigualdad social con evidentes muestras inobjetables
de acumulación de riquezas y de poder concentrados en pocas manos y grupos de élite
identificados-neocolonialistas-oligarquías locales en alianza con las transnacionales,
mientras que millones de seres humanos que escasamente pueden obtener ingresos ínfimos
para subsistir en condiciones paupérrimas.
No es
exagerado percibir que la globalización o viejo capitalismo se torna muy compleja
y tediosa coyunturalmente, América Latina seguida por el continente africano,
llevan la peor parte de su historia. En el entendido que las prácticas de colonización
jamás se erradicaron por completo más al contrario emergen nuevos modos de
neocolonización, y cada espacio de sus territorios es disputado por las grandes
potencias para explotar los recursos naturales desconociendo a los verdaderos
dueños de dichos territorios, a través de despojos sistemáticos, explotación y
saqueo de sus riquezas.
Nuestra América
Latina es expropiada de sus recursos naturales con el apoyo de los gobiernos de
turno y dictaduras-fascistas en combinación con los de la derecha conservadora
local como ocurrió en Bolivia (2019) consumado el golpe de Estado en
complicidad de las fuerzas armadas y la policía nacional, que irrumpió el orden
constitucional. Vale decir, por desgracia en la región latinoamericana se ha
sumergido en una nueva etapa de políticas neoliberales, que provocan severos
daños sociales vinculados al tráfico de drogas, movimientos migratorios,
racismo y discriminación de los pueblos originarios, lo que a su vez ha
desatado un estallido social en varios puntos del subcontinente, poniendo de
manifiesto la inconformidad de la mayor parte de la población con la precariedad
e injusticia galopante.
Pues bien,
esa compleja red de fenómenos históricos no es para menos, permite visualizar
por así decirlo, que todo habitante latinoamericano desde el ejercicio habitual
de su actividad profesional realice estudios de oficio y procure incentivar reflexiones
profundas acerca de la historia de América Latina, tanto del pasado, presente y
futuro, es cuestión moral saber de nuestra historia para después deparar el
camino a seguir de las futuras generaciones de esta parte del planeta. Por
cierto, no hay nada que envidiar con los del viejo mundo porque en América
Latina se tienen filósofos, historiadores, sociólogos, economistas y juristas
eximios en diversas áreas de la ciencia académica que contribuyen para la
patria grande y latinoamericana.
En el
presente trabajo, por cierto, traté de resumir algunos cabos sueltos basado en
un contexto de profundas reflexiones unas más sensibles que otras, debo admitir
lo que la historia es capaz de dotarnos de enormes instrumentos que a través del
conocimiento puede permitirnos descubrir nuestra identidad, velando siempre por
el respeto esencialmente humano. Los problemas sociales y sus consecuencias que
hoy América Latina afronta no es cuestión accidental, fue planificado arteramente
desde el núcleo del capitalismo decadente, a eso hay que sumarle la gran
“plandemia” del COVID 19 creado en laboratorio. El problema no es la
globalización, sino el modelo neoliberal adoptado y puesto en práctica es
extremadamente inhumano, de carácter excluyente y explotador que concentra y
controla la explotación de los recursos naturales y su administración en pocas
manos conjuntamente con las grandes corporaciones transnacionales.
Finalmente,
el orden estructural del modelo neoliberal apoyado con las políticas del
Consenso de Washington (1989) sobre América Latina, logró complementar con
reformas de orden jurídico vinculado a intereses foráneos, es decir en los
sistemas jurídicos, concretamente el derecho inclinó la balanza de la justicia
en favor de los grupos de poder político y económico, tanto nacionales y
extranjeros; se tienen antecedentes históricos que en Bolivia los contratos de
concesiones petroleras se redactaban en los EE.UU de Norte América en la década
del (90 al 2000) en pleno auge del neoliberalismo, ciertas leyes se redactaban
en el exterior y solamente se debía traducir para después aprobar en el
congreso nacional. El Estado en muchas circunstancias defiende intereses
corporativos de las transnacionales imponiendo un régimen dictatorial y el
desconocimiento de los derechos humanos.
En
definitiva, se trata de un texto que vislumbra con claridad el nuevo escenario
latinoamericano donde los derechos humanos universales han sido y aún son vulnerados
sistemáticamente, pues se requieren acciones correctivas inmediatas, y
precisamente no es que se tenga temor a la globalización sino a los actores del
capitalismo detractor y excluyente, se quiere de una globalización controlada y
más humano e incluyente con justicia social sin discriminación ni racismo e
intolerancia.
EFECTOS DE LA GLOBALIZACIÓN EN
AMÉRICA LATINA
El modelo
neoliberal se arraigó profundamente en nuestras sociedades y en su economía
desgraciadamente, así como su categórica dependencia de capitalismo del sistema
financiero internacional y de las poderosas transnacionales. En otras palabras,
significa que el neoliberalismo debemos comprender en su real dimensión a fin
de no equivocar su concepción básica de dominación de unos cuantos en
detrimento de las mayorías, claro está el impacto en la globalización. Pues me
atrevería, a interrogar si la ¿globalización es o no constructiva? La respuesta
es del autor Zygmunt Bauman en su
obra “La globalización”. Fondo de Cultura Económica de Argentina, Bs. As, 1997:
“La ‘globalización’ está en boca de todos; la palabra de moda se transforma
rápidamente en un fetiche, un conjuro mágico, una llave destinada a abrir las
puertas a todos los misterios presentes y futuros. Algunos consideran que la
‘globalización’ es indispensable para la felicidad; otros, que es la causa de
la infelicidad. Todos entienden que es el destino inexorable del mundo, un
proceso irreversible que afecta de la misma manera y en idéntica medida a la
totalidad de las personas. Nos están ‘globalizando’ a todos; y ser
‘globalizado’ significa más o menos lo mismo para todos los que están sometidos
a ese proceso.”
Si
entendemos que la globalización es el proceso integrador de culturas no estaría
equivocado, a estas alturas de lo que va el siglo XXI en el planeta tierra ya
nada es autónomo, estamos globalizados o englobados llámese como quiera, la
ciencia y la tecnología informática ha incursionado en todos los ámbitos del
humanismo. Pues, la globalización se ha convertido en un verdadero fenómeno de
profundas transformaciones, en muchos aspectos de carácter cultural de las
sociedades, en especial en América Latina de alguna manera se observan desde
hace mucho tiempo formas distintas de vivir; como sostuvo Joseph Stiglits, “son
influencias externas que hacen cambiar a los individuos y la toma de decisiones
de los Estados”. Mejor aún, afirma el autor Giovanni
Sartori (1998) Homo videns La sociedad teledirigida. Edit. Taurus: “Nos
encontramos en plena y rapidísima revolución multimedia. Un proceso que tiene
numerosas ramificaciones (Internet, ordenadores personales, ciberespacio) y
que, sin embargo, se caracteriza por un común denominador: tele-ver, y, como
consecuencia, nuestro vídeo-vivir.”
La
globalización no es el problema sino el modelo económico adoptado, de ahí que
para los defensores del neoliberalismo tratan de justificar el modelo como una
estrategia de desarrollo de implementar la estabilización macroeconómica y las
reformas estructurales como la liberalización o llamada también la
desregulación de mercados, desde luego los procesos de privatización o
capitalización de los recursos naturales y de las empresas públicas. Para
precisar con exactitud, en América Latina tuvo mayor impacto y muchos de los
gobiernos de corte liberal dieron estricto cumplimiento el mandato del Consenso
de Washington de donde emanan las órdenes del capitalismo hegemónico. El efecto
de la globalización con la receta del modelo neoliberal, era de mantener la
estabilidad de los precios de la economía con el objetivo de que puedan tomar
decisiones los capitalistas en lo futuro la inversión a largo plazo, de esta
manera evitar el impacto menos volátil. Por cierto, es primordial controlar de
las cuentas públicas ya que son la causa principal del déficit público con la
consecuente inflación de las economías, esta experiencia es generalizada en la
región, por ejemplo, en el caso de Bolivia antes del gobierno de Evo Morales,
las políticas neoliberales del gobierno se tomaban las decisiones con la
participación del Embajador de los EE.UU. en las reuniones del gabinete
ministerial de entonces.
Las reformas
estructurales tienen por finalidad incrementar el rol que desempeña el mercado
y la regulación de los precios, por ende, el equilibrio de la economía y su objetivo
es aplacar cualquier intento de posibles distorsiones producidas por gobiernos
progresistas que ya estaban emergiendo en la región. Según los defensores del neoliberalismo,
es que la economía de mercado funciona mejor manteniendo los precios que dará
resultado un ambiente de trabajo competitivo, con la promesa de que la
producción aumentará y así como los factores de producción y, de esta manera el
crecimiento económico.
No cabe la
menor duda, los efectos de la globalización y su privilegiado modelo neoliberal
no pudo pasar inadvertido en América Latina, millones de personas empobrecidas,
una clase media agobiada por la crisis económica galopante del sistema
capitalista depredador de la fuerza laboral, y ante la inminente aparición de
una pandemia anunciada de Bill Gates multimillonario, en su afán de cambiar el
nuevo orden mundial; no es para menos, la anunciada expresión dantesca de
Chistini Lagarde, Exdirectora Gerente del FMI) Informe: LOS ANCIANOS SON
AMENAZA PARA LA ECONOMÍA. Washington-EUA-AGPROG (07-07-2015) “…el problema es
que ahora la gente vive mucho”, lo que esta señora quiso decir, hay que reducir
la esperanza de vida en los países en los países desarrollados, vale decir,
quitar el dinero a los pobres, a las clases humildes y ancianos, asignándoselos
a las oligarquías bancarias. Eh aquí
la respuesta esperada del magistrado de la CIDH, Eugenio Raúl Zaffaroni que decía: “…lo de la pandemia no es más que un plan de terrorismo financiero
inventada por las grandes corporaciones transnacionales”. La canadiense Naomi Klein en su libro “La Doctrina del
Shock El auge del capitalismo del desastre” (2007) edit. Paidós, sitio web:
www.nao-miklein.org obra que deja en evidencia el negocio sucio del
neoliberalismo de desmantelar el Estado en favor de fuerzas del mercado por
EE.UU. y fragmentar cuando estos se resistan a los intereses para la
explotación de recursos naturales y financieros.
Nada hay más
vergonzoso que la mentalidad de los amos del sistema financiero, poner de
rodillas a la humanidad entera donde mueren los pobres-los que no tienen acceso
a la salud-menos la tendrán los medios de sobrevivencia. El efecto del modelo
económico es el nuevo orden mundial-un mundo digitalizado o virtual en el cual
los sistemas jurídicos asumirán profundas transformaciones que influirá en la
vida de los humanos, ya todo es digital “virtual”. Sin duda, la globalización
constituye un fenómeno de contenido económico, social, cultural y también
jurídico, podemos afirmar desde el punto de vista descriptivo como un hecho
inminentemente social.
Comparto
plenamente con la afirmación del autor Carlos
Morales Peña (2008) Entrevista con la globalización. Edit. PLURAL “La caída de las economías
latinoamericanas son ejemplos de lo devastadora que ha sido la globalización
para la región. La crisis de la deuda en los ochenta, que se inició con el
desplome de las monedas, mostró la fragilidad de los Estados Latinoamericanos
frente a este sistema internacional.”
ENTORNO GLOBAL DE LOS SISTEMAS
JURÍDICOS, SU INEFICACIA EN LA VIGENCIA DEL ESTADO DE DERECHO
Realmente la
globalización causa un impacto transformador histórico que abarca todos los
aspectos de la sociedad humana, en sus modos de relacionamiento social,
político, religioso y cultural que después de todo se integran diariamente, así
de social es el hombre. Es decir, este fenómeno se presenta como algo natural y
que se va produciendo progresivamente incluso espontáneamente, otras veces la
relación se da entre sociedades organizadas con cierto nivel de estamento algo
así como una imposición desde los centros de poder. En un estudio realizado por
Boaventura de Sousa Santos y Ulrich Beck respecto de la globalización
dicen que hay dos formas de globalización, una globalización consensuada y la
otra globalización impuesta; planteamiento con el cual estoy plenamente de
acuerdo, cualquiera sea la forma de globalización el fin es siempre el mismo
fenómeno de la integración de culturas.
“Todo
progreso tecnológico, en el momento de su aparición, ha sido temido e incluso
rechazado. Y sabemos que cualquier innovación molesta porque cambia los órdenes
constituidos. Pero no podemos, ni debemos generalizar. El invento más
protestado fue, históricamente, el de la máquina, la máquina industrial. La
aparición de la máquina provocó un miedo profundo porque, según se decía,
sustituía al hombre”. Ibídem.
La
globalización, cuyo impacto no se da únicamente en el campo económico sino
también en el ámbito jurídico a partir de la conformación de los Estados y de
su soberanía a través del ordenamiento legal que es la Constitución Política
del Estado. Además, la globalización para América Latina es impuesta por el
modelo neoliberal con fuerte presencia del capitalismo del occidente que
influyó en los procesos de integración como aquel del abortado proceso del
ALCA.
La otra
manifestación de la globalización, la que denominamos “impuesta” de corte
neoliberal, tiene también un alto contenido político y está vinculado con
propuestas de desarrollo creadas por iniciativa de los grandes centros de
poder, países y organismos multilaterales, que pretenden imponer, desde su
visión, planes de desarrollo para los países periféricos que dependen en sus
políticas de estos centros de poder. A partir de 11-S la imposición de normas
jurídicas de control o llamada de seguridad dio como resultado la incertidumbre
generalizada en la sociedad mundial, vale decir, esa imposición global de normas
del capitalismo occidental dio carta blanca para invadir Irak y Afganistán.
En cuanto al
Estado de Derecho en estos últimos tiempos dejó entrever una marcada
disminución efectiva de los derechos humanos, estando aún los países de América
Latina en procesos de consolidación de vida democrática, sin embargo, de un
tiempo a esta parte se dio un giro histórico en la región con el resurgimiento
de ciertos grupos de poder conservador aliado con las oligarquías locales con las
transnacionales se ocuparon de coartar gobiernos progresistas. La ineficacia de
sistema jurídico en la región poco y casi nada fue su participación, en pocas
palabras la acentuada lentitud de justicia para los pobres solo queda en el
tapete de la historia del Derecho; las élites de poder de cualquier forma
tienen que proteger sus intereses y, mientras que de los pobres duermen en el
sueño de los justos. Ahí se evidencia que la globalización no es más que una
plataforma de salto convencional donde el neoliberalismo hace el papel de fenómeno
devastador de los derechos humanos y en defensa de los intereses de poder
hegemónicos del capitalismo decadente.
La
globalización y su modelo neoliberal ha puesto en indiscutible evidencia de que
la JUSTICIA tiene precio a la que solamente puede alcanzarla la clase elitista
de poder locales y las grandes corporaciones que manipulan los sistemas
jurídicos de acuerdo a sus conveniencias e intereses. Los doctrinarios
ortodoxos tales parecen haberse esfumado de la palestra del derecho y prefieren
callar o guardar silencio, ¿cuál es la razón del silencio vergonzoso?, la
historia se encargará de juzgarlos en el momento histórico.
El Estado de
Derecho es condición esencial de todo Estado civilizado respetuoso de los
derechos humanos, no es propiedad de ningún jurista o sistema jurídico
existente para que se incline a los intereses antojadizos de las clases de
poder, contrariamente el estado de derecho cobra eficacia en plena la vigencia
de vida democrática de los pueblos. Por eso, la globalización posiblemente no
sea el mal de la enfermad sino es el modelo de corte liberal como el remedio
peor que la enfermedad.
“Por tanto,
es evidente que el problema no es la globalización en sí misma. Más bien, las
dificultades surgen de la falta de mecanismos eficaces que le den su justa
dirección. La globalización debe insertarse en el contexto más amplio de un
programa político y económico ordenado al auténtico progreso de toda la
humanidad. De este modo, servirá a toda la familia humana, no beneficiando sólo
a unos pocos privilegiados, sino promoviendo el bien común de todos. Así, el
verdadero éxito de la globalización se determinará en la medida en que permita
a toda persona gozar de los bienes básicos: la alimentación, la vivienda, la educación,
el empleo, la paz, el progreso social, el desarrollo económico y la justicia.
Este objetivo no puede alcanzarse sin la guía de la comunidad internacional y
una adecuada regulación por parte de las instituciones políticas de todo el
mundo”. Juan Pablo II.
EPÍLOGO
América
Latina se halla inmerso en trascendentales cambios debido a la globalización
impuesta por el imperialismo del norte y sus aliados, la condición extrema de la
pobreza de millones de personas son el resultado nefasto de la política
neoliberal adoptado como modelo económico. Es probable y es posible que la
globalización encuentre asidero si considera que la globalización no sea lo que
hasta ha demostrado en el planeta, el neoliberalismo convirtió al ser humano
primero en capital humano, y después en acérrimos consumistas y dependientes
del modernismo tecnológico. No es por nada, con la presencia de los medios de
comunicación bien pagados económicamente al servicio de los intereses de las grandes
corporaciones transnacionales, explotadores de los recursos naturales en favor
del capitalismo devastador, fueron promoviendo estratégicamente o más bien
haciendo creer a la sociedad, que el mercado es el que decide y que el Estado
es pésimo administrador.
La
globalización es irreversible donde ya nadie escapa a esta realidad, sin
embargo, de la globalización se puede hacer un verdadero fenómeno de
transformaciones en favor del humanismo y del vivir bien, sin desigualdad,
racismo y discriminación, donde el concepto de “capital humano” es inadmisible
porque son personas con sentimiento y emociones. El respeto de los derechos
humanos no sea un mecanismo de la demagogia de los políticos inmorales
atrincherados e instruidos por el imperio que se llenan la boca de democracia,
pero que pisotean los derechos fundamentales de las personas reconocidos
universalmente, el Estado de Derecho solo es posible con auténtica democracia
participativa y con justicia social incluyente. La globalización cuyo impacto
en los sistemas jurídicos en América Latina debe estar al servicio de la
comunidad integral pluricultural y cumplir de manera eficiente la administración
de justicia. No se trata de temer ni esquivar los efectos de la globalización porque
ya se convive con ella desde hace tiempo, debemos promover e inculcar los
valores y principios morales a las generaciones del presente y del futuro, orientados
a recuperar todo aquello que se ha perdido como seres humanos. Rescato lo dicho
por Naomi Klein: “las corporaciones mediáticas, especialmente, los canales de
televisión son máquinas de generar miedo. Por eso que la concentración de los
medios para el proyecto neoliberal es tan importante”. Y, solamente con cultura
podremos afrontar la cruda realidad que hoy vive nuestra América Latina,
debemos leer de manera constante nuestra historia para no caer en errores
históricos. Podemos ser libres y dignos si descolonizamos nuestras mentes
adoctrinados por corrientes de pensamiento foráneos.
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