Por TANYA ZORRILLA CUEVAS
Maestra en Educación por la Universidad
Pedagógica Veracruzana, graduada con Mención Honorífica. Licenciada en Administración
de Empresas. Académica en UPV. Diplomados en “Derechos Humanos desde la
Perspectiva de Género” y en “Educación para la Paz y Derechos Humanos” por la
Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Colectivo Kybernus, Programa de
Creación de Valor Social, de Grupo Salinas.
Educación, participación y empoderamiento
de las mujeres, ejes transversales en la construcción de una cultura de paz.
LA DESIGUALDAD DE GÉNERO
Decía Alfonso Reyes en la llamada Cartilla
Moral: “Lo primero es el respeto que cada ser humano se debe a sí mismo, en
cuanto es cuerpo y en cuanto es alma” (Reyes, 2018: 12); luego, el respeto a la
propia persona es el inicio del respeto a las demás personas. Sin embargo,
históricamente las mujeres hemos tenido menos oportunidades que los hombres, en
lo social, político, económico, laboral y, de manera general, en la posibilidad
de alzar nuestra voz. Esta no ha sido una problemática sólo de México, sino de
diversos países y culturas; y, a pesar de que poco a poco hemos ganado espacios
en la toma de decisiones, la brecha de la desigualdad aún es grande.
El género, construido a lo largo del
desarrollo de las personas, es una interpretación sociocultural sobre el ser
hombre o mujer (García et al. 2018: 25). A dicha interpretación se le ha
atribuido el ejercicio del poder con base en aspectos fisiológicos, lo que se
ve reflejado en el ámbito laboral y la política, generando, a su vez, dificultades
para el desarrollo del empoderamiento y de la autonomía de las mujeres (CNDH,
2018: 10).
Ergo, la equidad de género aún se
encuentra en proceso, requiere del involucramiento de la ciudadanía, de
instituciones, de asociaciones civiles, y de que los tomadores y tomadoras de decisiones
accionen desde la perspectiva de género para que haya una distribución justa
del poder, recursos y responsabilidades entre ambos sexos (OPS, 2010: 23). De
tal forma, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas
estableció en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la Equidad de
Género como un objetivo a lograr, ya que garantizar dicho derecho humano es esencial
en la construcción de un mundo pacífico, próspero y sostenible.
Asimismo, el género está relacionado con
la edad, origen étnico, situación social y orientación sexual, por lo que
existe diversidad en su expresión y en la forma en que nos identificamos con
alguno, sea fe-menino o masculino, independientemente del propio sexo. Sin
embargo, algunas personas pueden mostrar desprecio hacia quienes no actúan o
piensan como ellos creen que deberían hacerlo de acuerdo a su sexo (Unesco,
2019: 203). De tal forma, a lo largo del tiempo, las mujeres han vivido
discriminación por el simple hecho de ser mujeres, se les ha apartado de la
oportunidad de estudiar, de trabajar y de ocupar espacios en la toma de decisiones;
y, lamentablemente, hoy en día aún hay grupos y personas que tienen comportamientos
hostiles hacia ellas usualmente llamado
machismo-, incluyendo diferentes tipos de violencia que daña gravemente su
salud física y mental, consolidando la cultura de la violencia en México y en
muchos otros países del mundo.
Tales situaciones traen como resultado la
llamada inequidad de género, la cual puede entenderse como las desigualdades innecesarias,
evitables e injustas que, aunadas a las condiciones mencionadas anteriormente,
impactan negativamente en la salud física y mental de las mujeres, así como en
sus oportunidades de educación, trabajo y desarrollo humano (OPS, 2010: 23).
Así que la desigualdad de género es una
expresión del acto de negar el principio de igualdad entre las personas, limitándose
los derechos humanos de las mujeres y trayendo consigo diferentes formas de
violencia (CNDH, 2018: 35, 36). Dicha inequidad en lo social, político, económico,
cultural y educativo, disminuye a la vez sus oportunidades para crecer en
dichos ámbitos, impactando negativamente en su calidad de vida, en su bienestar
y en su acceso a diversos servicios.
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